Casi el 90% de la población ha sufrido alguna vez una fractura de un hueso en su vida. Casi siempre, estas fracturas se han producido cuando éramos niños y, en ocasiones, más de una.
¿Por qué son más frecuentes las fracturas en los niños?
- Mayor actividad: aunque esta tendencia está bajando por culpa de los videojuegos y mayor sedentarismo, los niños son por lo general muy activos e inquietos. Esto les supone escalar cualquier obstáculo imposible, tirarse de cabeza en un parque de bolas o hacer deporte al límite. Por ello, están más expuestos a caídas y posibles fracturas.
- Hueso más blando: el hueso del niño es capaz de “doblarse” o deformarse sin llegar a fracturarse. Este tipo de fracturas son las llamadas fracturas en rodete o en “caña de bambú” (porque se asemejan al rodete de las cañas de bambú, como en la imagen inferior) o las fracturas en “tallo verde” (porque son como romper una rama de árbol verde, la puedes romper por un lado si la doblas pero no llega a quebrarse del todo).
- Cartílago de crecimiento: esta es una característica que solo está presente en niños hasta los 17 años y en niñas hasta los 16 años. Es la zona por la que crece el hueso y se llama médicamente fisis. Por eso, las lesiones o “fracturas” de esta zona se llaman epifisiolisis. Hay de varios grados según gravedad, del 1 al 5, pero más del 90% son de grado 1 o 2 y de bajo riesgo.