FRACTURAS DE FÉMUR EN EL NIÑO
La mayoría de las fracturas diafisarias del fémur en niños mayores y adolescentes se asocian a trauma de alta energía (Accidentes automovilísticos, etcétera) y por lo tanto es imperativo descartar lesiones asociadas en órganos vitales.
También es cada vez más reconocida la asociación de fracturas diafisarias con lesiones de las articulaciones vecinas (luxaciones, ruptura de ligamentos, meniscos, etcétera) e incluso con lesiones fisarias tanto distales como proximales, por lo tanto la pelvis como la rodilla deben ser incluidas en la evaluación clínica y radiológica de estos pacientes.
La gran mayoría de las fracturas en niños tiene un buen pronóstico y cicatrizan sin dejar secuelas de importancia debido en buena parte a su capacidad de remodelación y a la rápida recuperación que tienen aún después de un periodo de inmovilización prolongado.
No obstante, existe controversia en cuanto a cuál es el mejor método de tratamiento para estas lesiones.
Tratamiento
Aunque los métodos quirúrgicos por lo general tienen la ventaja de lograr un mejor control de los fragmentos óseos y reintegración más rápida del paciente a sus actividades habituales, los riesgos asociados a la anestesia y al procedimiento quirúrgico mismo (riesgo de lesionar la circulación de la cabeza femoral al colocar un clavo intramedular rígido o de lesionar el cartílago de crecimiento) deben ser valorados en forma individual, antes de decidir el manejo definitivo de estos pacientes.
En buena parte la edad del paciente determina el tipo de manejo. La gran mayoría de los pacientes menores de 7 años aún son manejados en forma no quirúrgica. Los mayores de esta edad generalmente se consideran candidatos para algún tipo de osteosíntesis.